Cómo luchar contra el cambio climático

Llamamos huella de carbono a nuestro impacto sobre el planeta Tierra, expresado como la cantidad de gases de efecto invernadero que producimos. El aumento de los niveles de estos gases en la atmósfera está provocando un cambio climático global.

De los diversos gases que contribuyen al efecto invernadero (CO2, metano, óxido nitroso, halocarbonos y gases fluorados) el de mayor impacto es sin duda el dióxido de carbono (CO2), que representa el 55% del total. La huella de carbono media de un ciudadano europeo es de 7 toneladas de CO2 al año.

El ciclo del carbono

El carbono es un componente esencial de todos los seres vivos, que tiene su propio ciclo natural.

Cuando los seres vivos mueren, sus restos se descomponen y el carbono liberado es absorbido por el suelo, desde donde pasa otra vez a las plantas. Además, los animales y las plantas lo expulsamos al respirar. Está presente en el aire (principalmente en forma de CO2), de donde es absorbido por las plantas y los océanos.

Este ciclo natural mantiene más o menos estable la proporción de CO2 en la atmósfera, pero la actividad humana está alterando dicho equilibrio mediante la liberación de grandes cantidades de CO2 que no pueden ser eliminadas de forma natural con la rapidez suficiente.

Calentamiento global

Esta acumulación de CO2 causa un aumento progresivo de la temperatura media en el planeta, aumento que se está acelerando y que lleva a cambios importantes en el clima.

En algunas zonas se ha vuelto más cálido y en otras más frío, con el consiguiente impacto en la flora y la fauna.

El progresivo deshielo de los Polos puede provocar el aumento del nivel del mar y la desaparición de amplias zonas de costa.

¿Qué podemos hacer?

Además de las medidas adoptadas por los gobiernos, cada uno de nosotros puede reducir su propia huella de carbono.

El consumo responsable, la utilización de energías renovables y el ahorro de agua y energía son los pilares de toda estrategia individual y colectiva de lucha contra el cambio climático.

Acciones como comprar electrodomésticos más eficientes y optar por el uso  de energías más limpias en nuestro hogar contribuyen a este objetivo y además suponen un importante ahorro económico.

Con Ferroli podemos elegir entre una diversidad de equipos que incluye las calderas y estufas de biomasa y los equipos de energía solar térmica para calefacción y ACS.

También disponemos de calderas a gas de condensación clase A de alta eficiencia energética y aptas para instalaciones de energía solar térmica.

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